Esperanto fue el único intento exitoso –o relativamente
exitoso- de construir una lengua común a todos los pueblos.
Su creador, Lázaro Ludovico Zamenhof, nació
en Bialystok, ciudad de Europa oriental, a fines de 1.859. En su casa natal se
hablaba en lituano, polaco, alemán, yddisch y ruso.
A los 28 años, una vez terminados sus
estudios de Medicina, pudo continuar con un proyecto juvenil, muy censurado por
su padre: pensar un idioma planetario.
Casado con Clara Zibernik, recibió del suegro
un inusual regalo de bodas: la edición de su Unua Libro, primer texto escrito por Zamenhof en el nuevo idioma.
Firmó la obra como Doktoro Esperanto (“el Doctor que espera”). NO imaginó que el seudónimo
iba a servir para denominar universalmente la lengua que había inventado.
Especializado en Oftalmología, Zamenhof
instaló su consultorio en Varsovia. Toda su vida atendió a los pobres,
renunciando a los honores y a cualquier derecho de autor sobre el esperanto. Nunca
aceptó que se lo llamara fundador,
decía que era apenas un iniciador.
Tradujo a la Lengua Universal, entre otras
obras, el Antiguo Testamento, los
Cuentos de Andersen, la Ifigenia de
Goethe, el Hamlet de Shakespeare y La Batalla de la vida, de Dickens.
Murió en 1.917, cuando preparaba el decimosegundo
congreso internacional. Europa de espaldas al Esperanto, perdía en la Primera
Guerra Mundial 8.500.000 habitantes.
En 1.895, los esperantistas eran 3.602 y
contaban con 47 manuales en 19 lenguas. En 1.950, seis millones y medio de
simpatizantes pidieron a las Naciones Unidas que ayudara a la difusión del idioma internacional.
Unu, du, tri, kvar (uno, dos,
tres, cuatro)
El alfabeto del esperanto tiene 28 letras, 22
corresponden al alfabeto latino (y se pronuncia tal como en castellano), las
otras seis están compuestas por letras base (C, G, H, J, S, U) y supersignos
(marcas especiales).
En Unua Libro de Zamenhof, el vocabulario
estaba compuesto por 904 raíces distintas.
Para 1.905, año del primer congreso, ya
sumaban 2.666. Hoy alcanzan a los 7.000.
La simplificación que ofrece la lengua
universal de Zamenhof es notable. Por ejemplo, si trinkis significa bebió, drinkis
quiere decir bebió en exceso.
Ĉio estas ordigita (Todo está en orden)
U intento de lengua universal anterior al Esperanto fue el Volapük, creado por Martín Schleyer en
Alemania. Al aparecer Unua Libro de
Zamenhof, el importante club Volapükista de Nürnberg se convirtió al esperanto.
El novelista ruso León Tolstoi fue impulsor de la
Universala Lingvo. También lo fue el Papa Pío XII, quien auguró al Esperanto un papel semejante al del latín en la Edad
Media.
Beaufront, un miembro de la Liga esperantista, propuso en
1.893 que los libros esperantistas llevaran cubiertas verdes con una estrella
de cinco puntas (por los 5 continentes). Hoy, la estrella verde es el símbolo más
conocido.
Para 1.961 –época de esplendor-, solo en Capital Federal
había cinco sedes reconocidas.
El esperanto tuvo mártires: los primeros, en la Rusia
zarista, hacia 1.895. También los tuvo en la USSR de Stalin y en la Alemania de
Hitler. Durante la Guerra Civil en la ex Yugoslavia, pudo saberse que fueron
especialmente perseguidos los cultores de la lengua internacional.
Escribió un esperantista catalán en 1.953: Se esfuerzan en vano los detractores,
aduciendo como argumento que el Esperanto no ha triunfado a pesar de sus más de
90 años de vida; todas las conquistas de la humanidad han costado décadas y a
veces centurias hasta verse realizadas…
*Este artículo apareció en la revista Nueva, año 1.993





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