domingo, 30 de septiembre de 2018

Breve historia del Esperanto #1



Por: Daniel Quarello

Simple, flexible, armonioso, verdaderamente internacional en sus elementos, la lengua neutral, auxiliar ESPERANTO se presenta al mundo civilizado como la única y radical solución para el problema de las relaciones fáciles, rápidas y directas en un mismo pie de igualdad, entre pueblos con diferentes hablas.

Necesidad de una lengua Internacional, neutral, auxiliar

Dice la Biblia que cuando Dios quiso castigar la soberbia de los hombres, que querían construir una torre para llegar al cielo, confundióles la lengua para que no pudieran entenderse más. Si la confusión de la lengua fue castigo a ese grave pecado de orgullo cometido por los hombres contra Dios, demuestra que la división de las lenguas es el más grande flagelo de la humanidad. Y la torre de babel interrumpida es el símbolo fatídico de que ninguna empresa puede llegar a buen fin sin entendimiento.

La necesidad de una lengua común fue tan sentida en todo tiempo y lugar, que ya en la época legendaria de la antigua India fue creado el Sánscrito. El sánscrito, que quiere decir perfecto, purificado, fue formado hace 4.000 años y en el cuarto siglo antes de nuestra era fue perfeccionado por el brahmán Panini. Durante muchos siglos, esta lengua artificial fue vehículo de la cultura y de los intercambios entre los diversos pueblos de la India, cada uno de los cuales hablaba un idioma desconocido para los otros. La lengua natural de cada pueblo siguió usándose entre la gente de la misma comunidad, mientras que al sánscrito eran traducidas todas las mejores obras de la literatura hindú. Y las personas más ilustres hablaban sánscrito aparte de su idioma nativo, que continuaba desarrollándose y enriqueciendo su literatura en el ámbito de la propia gente.

Igual papel ha desempeñado la lengua literaria china entre la población del extremo Oriente.

Durante la época de oro de los árabes, su lengua era el signo de distinción de las clases cultas de Asia Menor, África del Norte y parte de Europa medieval. Medio común auxiliar de comunicación aparte de los diversos idiomas locales, que medraban sin interferencia con la lengua internacional.

En la Edad Media, en las costas del Mar Mediterráneo se formó y usó un lenguaje llamado LINGUA FRANCA, mezcla de italiano, español, francés, griego, turco, árabe, etc.; creado y usado principalmente por navegantes y mercaderes de la época para salvar las barreras lingüísticas que empequeñecían el mar europeo y dificultaban los intensos intercambios entre Europa y Asia.

Otra tentativa proficua de crear una lengua común auxiliar entre diversas gentes fue dada por la lengua GERAL BRASILICA. Inmediatamente después de la conquista de América, los jesuitas, que colonizaron las regiones centrales del continente meridional, vieron la necesidad de una lengua que los pusiera en relación con las diversas tribus, cada una de las cuales hablaba un idioma diferente. Esta feliz iniciativa se ha conservado hasta nuestros días en ciertas landas del Brasil Central habitada por diferentes tribus.

Son conocidas las lenguas RUSO-CHINA, PIDGIN-ENGLISH y CINUK, usadas hasta no hace muchas décadas en los mares  de China y Oceanía entre pescadores y marineros de diversas nacionalidades, y el SÜAHELI, el dialecto Zanzíbar, usado como lenguaje de intercomprensión entre los pueblos de África Oriental.

Como lengua universal  fue muy usado el Latín, no solamente por los pueblos conquistados durante la época de la República y del Imperio Romano, sino también como lengua vulgar hasta fines del siglo XVII, para toda persona culta y, sobre todo, como lengua oficial de la literatura, de la ciencia, de los Estados y de la Iglesia en los pueblos latinos y germánicos.

Pero desde el siglo XVII el Latín demostró ser cada vez más insuficiente para las necesidades de la civilización europea, y las naciones en formación sustituyeron el uso del latín por la propia habla popular. Tampoco los barbarismos y las modificaciones introducidas por ciertos cultores pudieron salvar el Latín, y la lengua común auxiliar ha sido, al menos para la diplomacia, la francesa hasta la 1º Guerra Mundial, sustituida a su vez progresivamente por el inglés, especialmente en el comercio internacional, entre la 1º y 2º Guerra Mundial.

En el número de los esfuerzos para facilitar las relaciones recíprocas entre los diversos pueblos y favorecer el progreso, va incluida también la iniciativa de introducir el alfabeto latino en muchas lenguas; esto sucedió en el alemán durante la 2º Guerra Mundial y en la lengua turca, acontecimiento que se llevó a cabo en 1.935.

Todos aquellos idiomas que en determinado tiempo gozaron de un buen éxito provisorio fuera de su propio confín lingüístico, se arrogaron el título de mundial. Pero, cada uno a su vez fue barrido por el idioma del otro pueblo, en aquel momento más influyente. La competencia entre las diversas naciones, siempre ha impedido que la lengua de determinado Estado se hiciera efectivamente internacional, porque tal aceptación daría a dicho pueblo ventajas de las cuales todos los otros quedarían excluidos.

Sería muy natural que nosotros, como miembros de una comunidad de habla hispana, quisiéramos que nuestro opulento castellano fuera el idioma internacional. Pero entonces, con igual orgullo y legítimo amor propio otros pueblos podrían pretender para su habla el mismo mérito. De esta manera el mundo nunca disfrutará de las ventajas de un idioma verdaderamente internacional; tres, cuatro o más idiomas nacionales de las grandes potencias seguirán chocando entre sí, según la influencia más o menos poderosa del propio país.

Puesto que son obvias las dificultades de los idiomas naturales para los propios connacionales, mucho más lo son para los extranjeros. Por este mismo motivo, no puede ser elegida como internacional una lengua en desuso como el latín o el griego. Tampoco los trabajos de algunos eruditos, para simplificar el latín o el griego y completarlos con vocablos modernos, pueden salir del número de los estudios especulativos sin frutos prácticos. Las lenguas antiguas, como bien dice su epíteto, están en desuso y no responden a las necesidades de la vida moderna.

Sin embargo, el mundo se hace cada vez más pequeño; los medios de comunicación y transporte nos acercan con gran rapidez a los extremos más impensados del planeta, y nada más que la palabra nos impide comunicarnos despejadamente con cualquier ser humano.

Un descubridor de planetas y mundos lejanos no podría descubrir una nueva lengua cuyo carácter principal fuese la neutralidad, y que, sin ofender en lo más mínimo la susceptibilidad de ningún pueblo, pudiera ser usada por todas las personas indistintamente, en un mismo pie de igualdad.

Una lengua que no siendo de ninguno en particular pueda ser aceptada por todos en general.
Una lengua Neutral.




viernes, 21 de septiembre de 2018

La Lengua Internacional Esperanto


El Esperanto es la lengua más fácil de aprender por ser una obra estupenda de lógica y simplicidad.

Su vocabulario está formado por raíces Internacionales, como ser internaci-, universal-, kaf-, hotel-; etc.

Terminaciones gramaticales: el sustantivo termina en “o”, el adjetivo en “a” y el adverbio en “e”.

Terminaciones de los verbos: Todos los verbos son regulares y tienen una terminación fija para cada tiempo. El presente termina en –as, el pasado en –is, el futuro en –os, el condicional en –us y el imperativo en –u.

Afijos y sufijos: posee una apreciable cantidad de afijos y sufijos que agregados a las raíces modifican o amplían su significado, ejemplo: bona =  bueno; malbona = malo; tablo = mesa; tableto = mesita.

Transformaciones gramaticales: Por el simple cambio de la terminación gramatical se puede hacer un sustantivo, un adjetivo, un adverbio, etc. Ejemplo: amo = amor; ama = amorosa; ame = amorosamente.

Palabras compuestas: siendo el Esperanto una lengua aglutinante permite con toda libertad la formación de palabras compuestas. Ejemplo: suno = sol; lumo = luz; sunlumo = luz solar.

Riqueza de expresión: la extraordinaria flexibilidad del Esperanto puede ser demostrada de la siguiente forma: Supongamos que se hayan aprendido 500 radicales; si se añaden las terminaciones o /a /e  tendremos 1.500 palabras a nuestra disposición. Si se agregan 10 de los 30 afijos, obtendremos 15.000 palabras. Si por medio de la combinación de raíces obtenemos palabras compuestas podremos alcanzar fácilmente las 25.000 palabras.

Acento: tiene un solo acento que es tónico y que cae siempre sobre la penúltima sílaba.



Correlativos en Esperanto